Han pasado ya algunos meses, tres, y mi vida ha cambiado. Si soy condescendiente puedo decir que ha sido para mejor, y siendo objetivo prefiero omitir cualquier comentario. No todo fue una pesadilla pues vaya que me he divertido, el sexo imprevisto y un poco de drogas han salpimentado mis días. Los últimos.
Logré adelgazar tres kilos en un solo fin de semana con un menú a base de cigarros, alcohol y cocaína. Las primeras horas, de un último fin de semana, han sido cruciales pues nunca antes vomité sangre y sentí al mismo tiempo que por mi boca huía el corazón. Ahí le perdí.
Entonces siguieron un martes y las dos horas del mediodía de un viernes. Como años atrás, en el año del mono, en punto de las trece horas, ese viernes, moría y, por placeres sádicos de la vida misma, renací a bordo de un tren sin destino. Desnudo y bañado en sangre me encuentro esperando llegar a la estación correcta. Si es que existe.
Logré adelgazar tres kilos en un solo fin de semana con un menú a base de cigarros, alcohol y cocaína. Las primeras horas, de un último fin de semana, han sido cruciales pues nunca antes vomité sangre y sentí al mismo tiempo que por mi boca huía el corazón. Ahí le perdí.
Entonces siguieron un martes y las dos horas del mediodía de un viernes. Como años atrás, en el año del mono, en punto de las trece horas, ese viernes, moría y, por placeres sádicos de la vida misma, renací a bordo de un tren sin destino. Desnudo y bañado en sangre me encuentro esperando llegar a la estación correcta. Si es que existe.