Enciende el televisor. Ya es hora de las noticias locales,-escuché decir a mi madre. El abuelo asintió con la cabeza y con esfuerzos llegó a la cómoda dónde se encontraba el televisor. La noticia de la deforestación del parquecito del barrio viejo disparó los niveles de audiencia. Nunca antes una noticia había interesado a tantas personas; ni siquiera los enfrentamientos entre la policía y la delincuencia organizada (al menos más organizada que los departamentos policiacos si lo es). Una cadena comercial negoció con el ayuntamiento ese terreno, un parque no deja dinero fue su excusa, y como la ciudad necesita recursos para obra social: nada mejor que esa venta. Además la reforestación y mantenimiento del parque son muy costosos, está en condiciones deplorables; y los pocos visitantes son solo un puñado de drogadictos o pordioseros que buscan ahí pasar la noche.
Asqueado de la misma nota durante las últimas semanas decidí salir a caminar. Revisé mi mochila y llamé a Tortuga. Fue lo que hice ese día. Tenía que escribir una autobiografía para mi nueva escuela. Aún recuerdo algunas de mis primeras notas.
Diego. Mi nombre es Diego, soy el menor de tres hermanos y este mi perro “Tortuga”. No, no es un perro-tortuga, es mi perro y se llama Tortuga. Le pusimos Tortuga por que cuando llegó a la casa estaba lesionado de una pata, lo que hacía su caminar lento; entonces le pusimos así porque era igual de lento que una tortuga. Antes tenía un pastor alemán que se llama “Tito”, pero es muy violento con la gente desconocida y mejor lo cambiamos por Tortuga. Me gusta pintar, aunque ya tengo mucho que no lo hago. Tengo doce años.
Para mil novecientos noventa y uno hubo un eclipse, ese verano cumplí once años. Igual que como con el eclipse la gente estuvo frente al televisor observando todo lo que pasaba, lo estuvieron también con arranque de la tala del parque. Sin embargo creo que lo sucedido en el segundo evento fue más sorprendente todavía. No lo esperaban. Como nunca esperamos los cambios en nuestras vidas. Todo cambia a veces tan rápido que no da tiempo de asimilarlo, provoca ansiedad y miedo.
Te digo que sí Tortuga. Mi abuelito me dijo que no observara el eclipse sin protección pues me quedaría ciego. Yo no le hice caso y ya ves, ja. Ahora no puedo ver los colores, ya no puedo pintar. Primero si tuve mucho miedo y lloraba, pero después ya no. Ahora también tengo poquito miedo, me gustaba la escuela anterior. Mi mamá dice que es por mi bien, que las cosas están muy peligrosas, que no podemos andar por la calle con tanta violencia. Pero yo tengo a ti para que me cuides.
Los enfrentamientos han comenzado a cobrar vidas de civiles, mi abuelo no puede estar más molesto y asustado a la vez. Clara, grita a mi madre, ya es muy tarde y éste muchacho no ha regresado. Se escuchan disparos. Cerca, demasiado cerca. Tortuga, mi perro, ha llegado solo a la casa. Entre ladridos y disparos la desesperación de mi madre va en aumento, sale a buscarme sin éxito. Nadie lo sabe aún pero he muerto. Mi cuerpo no será encontrado sino hasta hoy…
Siempre me gustó el parque, es un lugar lleno de muchos colores, mis primeros dibujos los hice aquí ¿sabías? No siempre fue tan triste, esto le paso por la gente mala que viene a enterrar a sus muertos aquí, están matando al parque también. Yo lo sé, aunque ya no veo si los escucho en la noche. Mira Tortuga, ¿Quiénes son ellos?...
Las manifestaciones en contra de la tala del parque acallaron los ruegos de mi madre en su afán de encontrarme. Los desaparecidos eran ya cosa común, contario a un panteón en el subsuelo de un parque.
3 comentarios:
Awww muchas gracias por pensar en mi!!.. aunque em dio mucha tristeza que em mataraas!! XD, cuando sea grande tendre un perro llamado tortuga!.
pero sabes que eslo que me impresiono, que ciertas partes es como si me leyeras la mente, leugo te cuento mas en privado el porque, y que me sorprende bastante!.
por ahora, me quedo una grata sonrisa y alegria el cuento,y estraño leer tu erotismo, y tu encantador crueldad de la vida!...mi estimado y querido "él", besooo! :)
¡Wow! Me gusta leerte, me quedo siempre con muy buen sabor de boca, aunque hablemos de niños muertos en el parque...supongo que también lo mórbido se puede paladear! =P
Jejejejejej, un perro llamado tortuga...
y cuando escribes de mi???
infamo!!! muero de los celos con el Diego....
purrrrrrrrrrr!!!
besos mordelones
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