jueves, noviembre 01, 2007

Después…


Después de dos años fuera de la ciudad Ernesto regresa para encontrarse con una nueva realidad; Daniel ya no está, ha pasado un año desde su muerte y dos años, los mismos que Ernesto estuvo viajando, que su relación terminó. El clima de la ciudad es frío, un halo de color gris la envuelve, puede que se deba a la contaminación o las nubes que cubren el cielo y prometen una nevada muy fuerte. Es medio día y Ernesto espera en la estación del tren a Gustavo, ellos cuentan con ocho meses juntos, un pasado no manifiesto en su totalidad y un cúmulo de planes por cumplir.


Después de que Gustavo dejó la clínica de rehabilitación fue que conoció a Ernesto, ambos asistían a un grupo de ayuda para adictos en rehabilitación. Durante el tiempo libre compartido en las sesiones fue que comenzaron a entablar su relación, al principio una amistad que a ambos convenía para hacer mas ligera su carga, luego y sin darse cuenta compartieron más que sus soledades. Gustavo habló de la cuidad de la cual provenía, misma ciudad que fue el hogar de Ernesto hasta hace dos años, ese hecho estrechó su relación aún mas. Gustavo era el motivo por el cual Ernesto regresaba a la ciudad que lo vio crecer.

Después de un tiempo Gustavo debió regresar a la ciudad de origen, los negocios de la familia requerían de su presencia debido a la grave enfermedad que padecía su padre. Juntos, Ernesto y Gustavo, decidieron que era tiempo de regresar y comenzar su vida como pareja ya establecida en un lugar conocido por los dos. Tenían un pasado marcado en esta ciudad y el futuro que vislumbraban a su relación solo sería perfecto si aquí ocurría. No se discutió mucho, Gustavo regresó y un mes después Ernesto llegaría.

Después de hora y media de espera Gustavo recogió a Ernesto, excuso su retraso argumentando una junta importante para el negocio, en el camino al departamento que compartirían Ernesto recordó a Daniel, el recuerdo de la llamada donde le informaron de su muerte fue muy claro y cercano como si en ese mismo momento hubiera recibido tal llamada. No dejaría pasar mucho tiempo antes de ir a visitar a la familia de Daniel, fue lo que se dijo en silencio. Gustavo notó que la expresión del rostro de Ernesto se tornó un tanto triste. Inicio una pequeña conversación para enterarse de los motivos.

-Después de que lleguemos a casa tendré que regresar a la oficina, espero no te moleste. Así podrás descansar y desempacar todo.
-Está bien, en realidad si necesito descansar, son muchas emociones.
-¿Muchas emociones?, ¿se debe a alguna de ellas tu tristeza?
-Melancolía…
-Ya pasará, deja que te acostumbres, lo harás pronto. Ya antes habías vivido aquí…

Después de ver la reacción de Ernesto a sus preguntas, Gustavo pudo darse cuenta que lo mejor sería no presionar, en el tiempo juntos los problemas se debieron a su carácter posesivo y celos enfermizos. No quería perder a Ernesto por una tontería, lo que sea que haya pasado fue hace dos años, se reconfortó con ese pensamiento.

Después de una semana y ya instalado en la ciudad Ernesto visitó a los padres de Daniel, lo recibieron con el cariño que se recibe a un familiar cercano y querido, después de todo Ernesto y Daniel pasaron cinco años juntos. La madre de Daniel contó a Ernesto que la muerte de su hijo fue muy confusa, ellos aseguran que se trató de un homicidio pero la policía lo declaró suicidio. Refirió que Daniel estaba saliendo con una persona muy extraña, no le conocieron debido a que nunca quiso presentarse ante ellos, solo recordaba que Daniel lo describía como un ser solitario, pasional, entregado en extremo, muy celoso y posesivo. No era la única persona con la cual se veía, según la madre, Daniel no soportó la depresión por la separación y sostenía encuentros ocasionales con mas de uno, se vació y solo hasta que conoció a ese extraño personaje fue que dejo un poco la promiscuidad, y ella creía que aún después de conocerlo no respetaba su relación y continuaba teniendo encuentros sexuales con mas personas.

Después de pasar la tarde con la madre de Daniel, Ernesto tendría una cena en casa de los padres de Gustavo. La hora de despedirse había llegado, las emociones que Ernesto tuvo todo ese tiempo lo perturbaron, no creía lo que le contaron de Daniel, no era la persona que el conoció. Para él, Daniel era un ser amoroso, tierno, incapaz de suicidarse, amaba a la vida; no concebía a un Daniel triste y derrotado. El final de su relación no era excusa para que tratara de hundirse. Además era Daniel quien decidió terminarla, ese fue el motivo de que Ernesto dejara la ciudad. Nada correspondía y todo parecía un cuento surrealista. La señora irrumpió sus pensamientos:

-Después de que sepultamos a Daniel, limpiamos el departamento y encontramos una caja con tu nombre, dame un minuto y te la entrego.
-Bien, espero…

Después de que tuvo en sus manos aquella caja se despidió, salió a la calle y tomó un taxi. En el trayecto a la casa de los padres de Gustavo reflexionó sobre la muerte de Daniel. Las dudas de la familia lo contagiaron, Daniel no consumía drogas, no lo hacia con él y le molestaba en cantidad que él lo hiciera. Según el parte policíaco fue una sobredosis de heroína lo que le mató. Era imposible de creerlo para él. Recordó una noche en una bar donde él se drogó y Daniel lo descubrió haciéndolo, esa fue la última noche juntos, si ese hecho llevó a Daniel a terminar con él ¿cómo sería posible que Daniel consumiera drogas?...

Después de un rato en el taxi pide se detenga, está frente a un parque y prefiere calmarse antes de llegar a su cita con Gustavo. Sentado ya en una banca abre la caja con su nombre. Dentro encuentra un diario, en cuyas páginas centrales de puede leer:

después de la fiesta en casa de Caro lo conocí, yo no tenia ganas de llegar a mi departamento. El cansancio de estar solo me fastidia y que mejor que dar la vuelta. Ya me habían dicho que en la plaza central acudían mucho gay, por eso fui y cual fue mi sorpresa: lo conocí. No se cómo, pero animé, deje atrás mi timidez y ándale, que se sube al coche. Yo temblando como tonto, él se reía pero al mismo tiempo se mostró comprensivo, supe de inmediato que era el indicado. Ya llevamos dos meses Ernesto y yo, me encuentro muy feliz…”

después… eso me dice. No entiendo por que no me tiene confianza y le cuesta decirme que le pasa, entiendo que no le guste lo penetre. A veces me pregunto si habrá sido abusado, noto muchas cosas extrañas en su comportamiento y creo que está drogándose…”

después de los años que llevamos juntos, como cinco, no logro entenderlo. No quiero entenderlo sino comprenderlo, que es mas complicado. No se si soporte mas la situación, lo de las drogas llegó a mi límite…”


Después de leer esas líneas Ernesto estuvo seguro que no fue un suicido, la sobredosis alguien se la debió aplicar. El diario contenía más páginas posiblemente reveladoras, Ernesto continua la lectura.

Después de que Ernesto se fue he tratado de mitigar su ausencia, y no logro hacerlo. Ningún cuerpo me da el calor que él me daba. Extraño sus besos, su respiración, el olor de su cabello. Conocí a un tipo, bastante guapo, yo creo que me voy a dar oportunidad con él, no se si sea el tiempo. Ni creo reconocerlo, pero quiero salir de esto lo antes posible. El dolo me mata. Aunque debo confesar que tengo miedo de entablar una relación con él, es muy celoso, posesivo y creo que tiene el mismo problema que Ernesto, ¿qué hacer?...”

Después, después de un rato de leer el diario cae una fotografía que se encontraba dentro del mismo. La imagen es de una pareja, aparentemente feliz, Daniel y Gustavo…

Inmediatamente después, suena el teléfono celular:

-Diga…
-Ernesto, soy Gustavo, te estamos esperando, ¿dónde estás?, ¿vas a venir, verdad?
-Después…

2 comentarios:

Morgana dijo...

por que todo despues , si lo que se ofrece es ahora....esa de despues me hara cambiar mi forma de pensar....bueno mas bien dicho mi decicion

Muegano. dijo...

Güey, qué genial! Hacía rato que no me daba una vuelta por acá...y me estás revolviendo las emociones... ;)