lunes, diciembre 17, 2007

Doce de Diciembre.

Recordó que, desde pequeño, gustaba de observar pacientemente a la gente e imaginarles historias cercanas a su propia realidad. Apoyando la cabeza en el vidrio de la ventana de su cuarto, tirado boca arriba en la azotea, sentado en el asiento trasero del automóvil, recostado en su cama instantes antes dormir o en la lejanía misma de sus pensamientos encontraba un espacio ideal para abandonarse y vivir a través de la historias concebidas para los demás. La chica de los zapatos altos, la señora del bolso de mimbre, los niños vagos del barrio, el borracho de la esquina e inclusive la madre prostituta de su mejor amigo servían de inspiración, todas las historias eran diferentes y tan parecidas a la vez. Él siempre fue protagonista, aunque a veces silencioso, y junto con el resto de los personajes que entretejían sus historias desenlazaban sus vidas en finales felices. El ritmo de las historias dependían del estado de ánimo en el que se encontrara, siendo éstas, en a mayoría de la ocasiones, comenzadas y desarrolladas has el clímax con un evento triste que desencadenaba la trama en un final pintado de felicidad.

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Desconocida, mujer morena de complexión mediana y piel morena, se encontraba a tan solo un metro alejada de nosotros. Ninguno advertía su presencia, no por la insignificancia que le impuse, si no por lo atareados que nos encontrábamos por dedicar nuestros ánimos a divertirnos sin enfado. Entre burlas, carcajadas y miradas de menosprecio le vi observándonos con delicadeza, escondiendo su mirada bajo el poco pelo que sus negras trenzas dejaron fuera; esa mirada, huraña e indagadora, me hizo desconfiar. Ella se encontraba sola, con aspecto de quien se ha abandonado a si mismo, insociable en instantes y en otros mordaz, intuí que prestaba basta atención a nuestros comentarios y reía con nosotros, - quiere estar acá con nosotros esa zorra, pensé. Dejé que la noche y la diversión transcurrieran, y a ella le permití que se mantuviera próxima.

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Le parecía que la vida de esos jóvenes tan superficiales, aunque parecía ser más interesante y relajada que la propia, debía ser mucho más triste e infértil. Ella se encontraba perdida entre la multitud, esperando encontrar un poco de esperanza, una frase que aliviase su dolor, un milagro que calmara el sufrimiento de hijo. En casa su marido cuidando del pequeño, un niño enfermo de gravedad; necesitaba un transplante de riñón. Ella, la mejor madre según palabras del pequeño, evadiendo la realidad que le quema en el alma, luchando por ausentarse al menos por instantes del cruel destino que vive; ellos, el grupo de amigos que observa, un montón de muchachos que juega a burlarse de la vida. En ellos se encontraba a sí misma, su mente acudió un pasado lejano, ella perteneció a un grupo parecido pero el amor, por su ahora marido, la hizo renunciar a esa vida de lujos. Advirtió que uno de los jóvenes se dio cuenta que los observaba y hubo que disimular aún más su inquietud por sentirse perteneciente. Quería olvidar a la familia que aguardaba en casa su regreso, perderse entre los recuerdos del pasado y ver reflejada un poco de felicidad en las caras de aquellos jóvenes desconocidos.
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Era la noche de doce de diciembre y en el pueblo se celebraba la fiesta patronal en honor de la Virgen de Guadalupe, yo junto a un grupo de amigos salimos a divertirnos, frente al templo, no en el atrio sino en la calle, montaban un escenario donde una banda estilo sinaloense (música regional mexicana), amenizaba la clausura de la celebración. Nunca he sido muy religioso pero devoto guadalupano sí. Tengo mucha Fe en ella y creo, sin cuestionamientos, en su poder de interceder por los necesitados y regalarles los milagros más maravillosos. A mí me hizo un milagro: cuando nací, cuenta mi madre, tuve algunas complicaciones cardiovasculares y me encomendaron a ella, después de unos meses sané en totalidad y por eso es que mi segundo nombre es en honor a ella. Junto con mis amigos nos plantamos frente al escenario y comenzamos con las burlas hacia los que se animaron a bailar, las bromas fueron cada vez más fuertes y más despectivas. Nuestra posición económica nos permitió salir del pueblo para estudiar el capital de estado, eso nos hacia sentir superiores del resto y con el derecho de ironizar sus vidas. Qué equivocados estábamos. Abusamos del alcohol y cuando salimos a buscar más bebidas tuvimos un accidente.
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Lástima fue lo que sintió al ver alejarse a aquellos jóvenes en ese estado de ebriedad, y luego la desolación y la falta de esperanza llenaron su corazón, el tiempo tan apremiante como nunca le robaba el suspiro. A su mano derecha el atrio de la iglesia, lugar donde minutos antes había estado rezando e implorando a la Virgen el milagro para su hijo. Se dejó caer entre la multitud, derrotada, sin fuerzas para continuar desfalleció. Despertó el siguiente día en una cama de hospital, su hermana estuvo acompañándola, esperando despertarla para darle la nueva noticia. Su hijo había recibido la donación de riñón, el donante era uno de los muchachos accidentados. No podía creerlo, bendijo a todos los rostros desconocidos que observó con recelo la noche anterior, preguntó el nombre de aquel joven y resultó ser el mismo que llevaba la Virgen a la que rezó con tanto fervor.




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Los gritos y carcajadas de su mejor amiga lo hicieron darse cuenta que por instantes se ausentó de su propia realidad, dirigió nuevamente su mirada a una mujer bajita, de trenzas negras y piel morena que se encontraba a un metro de él. Los fuegos artificiales y el volumen de la música tocada por la banda hacían imposible la comunicación, así que se comunicaban con lenguaje de señales y a gritos, trató de decirle a su amiga que se distrajo pensando en la mujer que tenían al lado, ella no lo escuchó y él no insistió mas. Bailaron y cada cierto tiempo volteaba para ver que aquella mujer se divertía a sus costillas y que en realidad no estaba tan llena de bondad y no tenía una vida tan compleja como él la había imaginado.

10 comentarios:

Nikolás de Lioncourt dijo...

pues quizás lo puedas pedir por amazon o por ebay, por cierto, qué buena foto la primera!

Anónimo dijo...

A veces pensamos que llevamos una vida poco interesante y no es así, hay que valorar lo que tenemos a nuestro alrededor. Un saludo!

David dijo...

Imaginarse historias ajenas, ser observador de la vida, evadirse en nombre de otros... Aquí es el deporte nacional. Pero siempre hay formas elegantes de hacerlo, como la tuya.

Muegano. dijo...

Me he encontrado mucho en tus líneas, no por la Virgen, que nada que ver. Sino porque a menudo me descubro después de no sé cuánto tiempo habiendo elucubrado toda una historia a partir de cualquier imagen atrapada al pasar... Me gusta, paso algunos ratos delciosos así! ;)
Abrazo!

Dídac Muciño dijo...

Que cosas, sobre los milagros... A uno le quita la vida, y a otro se lo da.. como debe de ser la ley, natural.. unos mueren otros viven..

Pue si, han dicho la fe mueve montañas.. no voy a cuestionar nada, y ni voy a criticar nada.. ya he tenido muhcos problemas sobre este punto. la religion y la fe..

solo a ti te dire, que cada vez, te robas mi corazon con mi mente, al leer, cada frase, cada dialogo, cada tu de ti...

Saludos!! buen noche de martes!

vanto y vanchi dijo...

Hola!

Me tienes abandonado, eh?

Jaja


Besos!!

vanto y vanchi dijo...

felicidades, colega!!

besos navideños!

vanto y vanchi dijo...

y yo otra vez..

feliz año, corazón!!!

Anónimo dijo...

ke chida descripcion- bravo! aunke no me termina de gustar diciembre :S

feliz año! abrazos

Erranteazul dijo...

Hermosa, contrastante. El montón de cosas k te hace imaginar...una aparición, una imagen, tus palabras...