Pasaron los días. Soy un año mayor ahora, en un mundo “ideal” eso significaría que tengo más experiencia, que he madurado, que los conocimientos adquiridos me ayudaran para saber enfrentar los años venideros, quizás hasta llegue a ser un viejo sabio. Bla, bla, bla. Cada día, cada mes, cada año que han pasado en mi vida solo me han servido para entender que no voy a terminar jamás de aprender. He creído conocer y resulta que al final no conozco nada, pues ese nuevo conocimiento trae consigo nuevas dudas, nuevos cuestionamientos, nuevas experiencias. Termino así donde antes había comenzado. Es un constante ir y venir, una gran oportunidad que se nos da de experimentar nuevamente todo de manera distinta, de cometer los mismos errores con diferentes personas, diferentes circunstancias, en diferente tiempo. Pero a la vez tenemos la oportunidad de corregir esos mismos errores, sanar heridas añejas, entrar en el mundo interior y reconocer el porqué de nuestros actos. Es duro regresar al pasado, pues a fin de cuentas vivir de él es como estar muerto, tratar de entender que desencadena en nosotros las manías, adicciones, apegos y demás culpas que cargamos gratis es un primer paso a la libertad. No es vivir del pasado, es tenerlo de archivo de consulta. Para de vez en cuando voltear y ver que si ya estamos en este punto, después de tanto, fácil será continuar.
lunes, agosto 20, 2007
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